Hubo un político que cuando llegaba al parlamento, preguntaba a su jefe: ¿Hoy que toca, atacar o defender?
A lo que se ve, la vid tiene más capacidad que el susodicho político.
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La vid, defiende del sol a los incipientes racimos -además de alimentarlos- estableciendo una pantalla con sus hojas detrás de la cual se esconde el fruto.
Ayer desnieté la malvasía, que por lo aprendido últimamente también podríamos llamar cigüente o también dama blanca, y solo en veinticuatro horas se ha reordenado espacialmente presentando este hermoso mosaico de hojas.
Pero, simultáneamente, en el extremo superior, creciendo tenemos la sumidad como muestra de vitalidad y polivalencia de la vid.